Yo ofrezco mi dolor, porque los años pasan y tengo esta artrosis en la rodilla y digo: "Señor, te la ofrezco. Haz Tú lo que creas mejor".
Sin vuestra cooperación se podría hacer poco, muy poco. Estáis metiendo en la banca de Dios, delante del trono del Señor, un montón de cosas maravillosas, que se seguirán haciendo cada día más espléndidas gracias a vuestros esfuerzos, a vuestro cariño, vuestra oración, vuestros sacrificios.